2011/12/31

Chau, 2011

¿Porqué será que hacemos balance del año que pasó? Será para cambiar algo para el que viene? Será para, de alguna manera, tratar de arreglar las cosas que hicimos o salieron mal? Pero no podemos, solo podemos mirar adelante.
No me gusta hacer resoluciones para el año que comienza, porque sé que al mes me voy a olvidar y ahí quedó lo que propuse. Pero sí me gusta mirar adelante y ver las posibilidades, ver lo que me espera, lo que puedo lograr.
Decido mirar al 2012 con optimismo, con las posibilidades que ofrece, y los desafíos también. Decido proponerme proyectos personales (en lo que es fotografía), porque así estaré ocupada por más que el trabajo esté o no. Decido enseñar y compartir lo que sé, porque así sigo aprendiendo yo también.
Decido aceptar un futuro con otro hijo, que Dios mediate nacerá en mayo, y seguir siendo fotógrafa a la par de mi rol de madre y esposa.
Hace tiempo decidí que ser fotógrafa no me define, es lo que me gusta, lo que me ayuda a expresarme.
Mi relación con Dios me define, mi lugar en mi familia es lo que me define--el trabajo puede faltar, pero gracias a Dios no nos falta nada.
Sacar una buena foto siempre trae satisfacción y alegría, pero si no llega no me pongo mal. Ver la sonrisa de mi hija me trae más satisfacción, más alegría.

Así que, en lo profesional, ha sido un buen año, no excelente, pero no malo. Tuve trabajos, hice contactos, pude crear fotos, mejorar mi arte. No trabajé la cantidad que me hubiera gustado, pero, como dije, no nos faltó nada. Dios nos bendice más allá de lo que nos merecemos y eso no lo puedo lograr con trabajo.

¡Gracias, Señor, por mis bendiciones, y por el que viene en camino! No puedo pedir más nada.